domingo, 5 de mayo de 2013

Y por si fuera poco: Ahora quiero ser runner!

El perfil de un montañista está basado en la persistencia y la resistencia. Cada deporte tiene sus propias virtudes y defectos, nivel de exigencia y técnica requerida.

Comencé a correr en las últimas semanas de marzo de 2013, después de un par de meses de dar carreras a paso lento (unos 10 min/km), decidí que era hora de inscribirme en una carrera. ¡Mi primer carrera! La Mega Run 2013 inscrita en la categoría General 6K, una de las 32 categorías disponibles para competir. 


Las categorías fueron: Infantil, Juvenil, Pro, Familiares, General, Super Mamá, Over 50, Mascota.

En recorridos de :0.5K, 3K, 6K, 11K y 21K


No se me ocurrió mejor fecha que el cumpleaños de mi madre (5 de mayo de 2013), a quien no invité a verme en mi debut. A la fecha creo que aún guarda ese resentimiento.

Vale mencionar que después de varias carreras hechas, hoy puedo comentar lo especial de esta. Por lo general, los circuitos que presentan los organizadores miden más de lo que en realidad se corre, es decir, un circuito de 5 km mide menos de cinco. Pero esta carrera ha sido la única que ha sido lo contrario, se suponía que iba a correr 6K, pero gracias a la posibilidad en google maps de hacer la ruta, inmediatamente me dí cuenta que eran casi 8K, una distancia bastante mayor a lo que estaba acostumbrada.

Me inscribí, salí de parranda una noche antes y esperé que llegara el tan ansiado día. Tomé un yogurt de desayuno y me fuí directo a la carrera. Los primeros kilómetros fueron duros, te asustas cuando corres con casi dos mil personas que tienen más tiempo de entrenamiento y que avanzan los metros iniciales sin ninguna dificultad.
Ready, steady, ¡go!

La mitad del camino lo pasé intentando tratar de encontrar el ritmo de carrera adecuado que me asegurase que no iba a desistir y abandonar a medio camino. Me faltaba el aire mientras otros corredores más expertos me sacaron buena ventaja. Finalmente logré que el cuerpo se adaptara al ritmo y reduje el tiempo por kilómetros que había llevado hasta entonces.

Mi orgullo iba amainando y decidida a terminar caminando la carrera, reduje el paso y llegué al último kilómetro. Cuando estaba a 400 metros de la meta, mi corazón volvió a reanimarse y me dije: "voy a lograrlo, sólo falta un poco más".

No puedo describir la emoción que me embargó cuando cruce la meta y abracé a mi amigo que ya me esperaba ahí.

Cada inicio, si se vive de manera plena, es un momento pleno en la vida y abona increíblemente a  nuestra realización personal. La medalla que recibí es un símbolo para recordarme que el límite soy yo misma y que lo mejor siempre esta por venir.

Cuando logré recuperar el aliento lo único que pude decir fue: ahora vamos por los 10K.


Panorama: Lluvia constante pero sin intensidad.
Escuchando: O Sole Mio - Andrea Bocelli

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